lunes, 31 de marzo de 2008

Catalogando

Octava fila del auditorio, aburridos al extremo, ya no escuchan al recitador.
- Bien, veamos, como le decía, Jacopo Belbo* define a la humanidad en los siguientes terminos:
Los cretinos, los imbéciles, los estúpidos y los locos.
Los cretinos ni siquiera hablan, babean, son espásticos. Se aplastan el helado contra la frente, no pueden ni coordinar los movimientos. Entran en la puerta giratoria por el lado opuesto.
Los imbéciles son un poco más complicados, es un comportamiento social. El imbécil es el que mea siempre afuera del vaso. Quiere mear en el vaso pero, esto por aquí, esto por allá, siempre mea afuera. Es el que siempre mete la pata.
Los estúpidos no se equivocan de comportamiento. Se equivocan de razonamiento.
Los locos son estúpidos que no conocen los subterfugios. No se preocupan por tener una lógica, avanzan por cortocircuitos. Para ellos todo demuestra todo.
- Shhh, después me sigue contando, parece que el recitador nos ha escuchado...

*Personaje literario creado por Umberto Eco, pertenciente a su libro: El Péndulo de Foucault.

martes, 18 de marzo de 2008

Infinito

Que fácil, que dificíl es hablar, es hablar del infinito. ¿Acaso el infinito no es repetición? ¿Acaso el infinito no es decir y hacer una y otra vez lo que ya hemos hecho y dicho una y otra vez acaso? Sería siemple entonces decir por ejemplo lo que dijo un chino una vez:

«Ella sabía que yo lo sabía.
Yo sabía que ella sabía que yo lo sabía.
Ella sabía que yo sabía que ella sabía que yo lo sabía.
Yo sabía que ella sabía que yo sabía que ella sabía que yo lo sabía...»
Pero el infinito no es solo repetición, es mucho más que eso, infinitamente más que eso. Repetir no siempre significa repetir, como dijo Kurt Vonnegut Jr. sobre el dialogo de dos gaviotas en las Galápagos:
«Por supuesto que te quiero:
Tengamos un hijo
Que haga y diga
Lo mismo que nosotros»
Pero seamos justos con nosotros mismos, ¿Cómo explicar y entender mediante un método finito y complejo como el lenguaje, algo tan simple como el infinito? Ya lo dijo Borges:
Las palabras no son más que cárceles del pensamiento.
Las palabras no son más que cárceles.
Las palabras no son más.
Las palabras.
El infinito es fácil de comprender, solo debemos dejar de pensar. Dejar de pensar en el antes, dejar de pensar en el después. Dejar de pensar en aquí, dejar de pensar en allá. Si el espacio es infinito estamos en cualquier punto del espacio. Si el tiempo es infinito estamos en cualquier punto del tiempo

viernes, 14 de marzo de 2008

Las Cuevas

Entramos en la despensa, no eramos menos de seis dentro. Una mujer compraba pan de ayer, un tipo musculoso enseñaba sobre un mapa posibles trayectos, un viejo loco y desdentado trataba de retorcerle el pescuezo a un ternero mientras la dueña lo amamantaba con una mamadera. Y yo no podía sacarle la vista de encima a un hermoso sanguche de mortadela sobre el mostrador. Rebosante de color, parecia llamarme con sus brazos de mayonesa y su escarbadiente de sosten. La vida es buena para el que aprecia lo simple.

Nota del Autor: este escrito no tiene moraleja, no tiene objetivo. Siemplemente tenía ganas de escribir. Aunque precisamente por eso tenga algo de sentido, para aquellos que sepan mirar.