jueves, 3 de julio de 2008

Un ser extraordinario

-¿En qué parte de la pierna te duele?
-Me duele acá y tambien cuando la muevo así
-Te explico, yo estudio quinesiología, por eso te pregunto.
-Ah (¿y la solución?)
Yo escuchaba el diálogo de mi compañero adolorido y la señorita de piernas corta y lengua larga. Se nos había acercado cuando nos detuvimos a descansar. Casi podía escuchar lo que mi compañero pensaba.
-¿De donde son?
-De Rosario
-Ah, Comegatos, que exótico. Yo soy de Buenos Aires. Ya perdí la cuenta de las veces que vine al Cerro Uritorco, ¿no es un lugar mágico?
-Ehh, sí, es lindo (pero a mi me sigue doliendo la rodilla)
-Sï, sí, es místico. Hace unos años vine para la visita del chamán ***. Fue bárbaro, es un ser hermoso, que emana una paz extraordinaria.
-Ah, ¿vos lo conociste?
-Bueno, sí, mas o menos, estaba a unos doscientos metros, pero sí.
-Ah, claro. (payasa)
-A mi me encanta esto de hacer dedo, si fuera por mi me volvería hasta Buenos Aires a dedo. Pero ya tengo mi pasaje de avión.
-Ah, claro, claro. (Dios!, esto ya fue demasiado, hora de irnos)
-Bueno, vamos- dije yo.
-Sí (Por Dios!, Sí)


3 comentarios:

Jilguero dijo...

Moraleja: "que un dolor de pierna no sea motivo suficiente para desistir de todo intento de superación personal y grupal, aun en situaciones en donde un un personaje del género femenino divague en imágenes del inconsciente llevando desconcierto a los presentes"

Anónimo dijo...

Solo tengo una cosa para decir: jajajajajajajajajajajajajajjajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja
jajajajajajajajajajajjajajajajjaja!

Perdón, no lo pude evitar.

Diego Manuel Soria dijo...

Que elocuencia... Que sarcasmo!