Mosquitos que afilan sus picos
picos que busca la piel
pieles que evitan radiaciones
radiaciones que buscan matar
Muerte que no perdonas
perdón, perdón, perdón.
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orateproducciones[ a r r o b a ]gmail.com
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Los autores no se hacen responsables por los escritos de terceros. Ni tampoco por lo de ellos mismos. Si aun Ud. quiere demandarlos, la unica forma posible es responsabilizando a todos juntos, es decir, debe juntarlos a todos en una misma habitacion y comunicarles la querella al unisono. Recuerde que uno tiene dificultades auditivas por lo que debera suministrarle la tecnologia correspondiente y para nuestro extranjero un interprete matriculado.
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8 comentarios:
El arte no popular a veces es tan restringido a un sector privilegiado que genera odio en la gran masa ignorante. Este caso no queda exento de tal teoría, por eso, miremos y aprendamos de los grandes.
No estoy seguro de entender, ni el comentario de arriba ni el post en si... o.O
Pero todo parece encajar a la perfección...
:-D
Natazuelo: Cual faro iluminando el horizonte, las palabras de Jilguero muestran la costa incluso antes que la veas. Al mundo le faltan autodidactas. Éstos son, al fin y al cabo, los que te amplian la visión; son, parafraseando al célebre Profesor Cirano, "hombres de pensamiento lateral, seres no encasillados, charlatanes hoy, locos en su lecho de muerte, genios en la posteridad"
No recuerdo haberlo dicho, pero suena bien.
Quizás el Sr.Profe Cirano ha cruzado las aguas del Río del Olvido y por eso no recuerda sus propias palabras, que hoy llenan las páginas del libro de Theodren.
...O quizás sólo necesite prestar más atención a lo que sale de su boca.(Esto último fue claramente elaborado por una mente poco poética)
Es problable que la causa de muerte haya sido ocasionada por el intento del Profesor Cirano de librarse de los mosquitos tirándose al río. Pero el que entra allí, ya no sale.
Veo que ha estado estudiando de las viejas escrituras. Muy bien.
Me permitiré un cumplido para con la señorita sibarita.
No obstante me gustaría hacer una aclaración que no por válida dejará de ser molesta. Los que entran al río del olvido salen de él, aunque ya no son los mismos.
Pequeñas sutilezas de éste nuestro ego, sin perjuicio de su acertada visión del mismo.
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